Reflexiones de un abuelo sobre la cocina vegetariana
Cuando todo el mundo trata de ensanchar los horizontes de la cocina ensayando cruces animales e injertos vegetales, remontando hasta sus orígenes el curso de los ríos y buscando una pesca abisal en el fondo del océano, he aquí a los vegetarianos quienes, no sólo pretenden echarnos agua en el vino, sino que se proponen a la vez quitar de nuestra mesa todas las tajadas para dejarnos únicamente algo de lechuga o escarola. ¿Qué hay, señores? Poco apetito ¿eh? Lo sentimos mucho, pero nosotros por ahora —toquemos madera— todavía podemos darle trabajo al diente.